Con el paso de las décadas y el crecimiento de las ciudades ha ido aumentando la necesidad de mejorar el sistema de alcantarillado de las mismas. El alcantarillado permite mejorar la salubridad de las calles, ya que a través de ellos pueden circular las aguas residuales evitando generar focos de posibles infecciones y enfermedades.

Actualmente existen diversos tipos de redes de saneamiento público y cada una de ellas presenta sus ventajas e inconvenientes. Del mismo modo, su empleo variará en función del objetivo que queramos conseguir. Aquí te dejamos una lista con las principales:

• En primer lugar tenemos las redes unitarias, que reciben este nombre porque están formadas por un único conducto a través del cual se evacuan las diferentes clases de aguas residuales tanto domésticas como industriales, además del agua de lluvia que haya caído en esa zona.
• En segundo lugar existen las redes separativas que, a diferencia del caso anterior, tiene dos canalizaciones separadas que permite transportar por un conducto las aguas residuales domésticas e industriales y en otro las aguas pluviales.
• Muy similares a las anteriores son las redes pseudo-separativas, en este caso tienen conductos separados que permiten aislar las aguas residuales y de lluvia procedente de las vías públicas mientras que en el otro encontramos las aguas de origen doméstico tanto de particulares como las industriales.
• Por último destacan las denominadas redes doblemente separativas, que permiten dedicar un conducto a las aguas residuales domésticas, otro para las aguas residuales de las empresas y otro conducto para transportar el agua de lluvia. Permitiendo así un mejor saneamiento del agua municipal.

Estos sistemas permiten que posteriormente sea mucho más sencillo gestionar el saneamiento de las aguas municipales y contribuyen a que nuestras ciudades estén mucho más limpias.