Las aguas residuales dicen mucho sobre nuestra cultura, forma de vida y ciertas prácticas cuestionadas por la salud pública. En los últimos años El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha hecho un estudio sobre la presencia de drogas en las aguas residuales.
El trabajo del CSIC ha sido el de monitorizar las aguas residuales de 120 ciudades europeas. El análisis se ha llevado a cabo sobre la concentración de drogas en la orina. El modo en el que el CSIC ha podido analizar todo el consumo de drogas ha sido a través de la monitorización casi en tiempo real.
En primer lugar, los investigadores se han encargado de analizar las aguas residuales que llegaban a las plantas de depuración, antes de ser tratadas para evitar que la información se perdiese.
Por otro lado, en el estudio estiman la cantidad de droga consumida por la población en concreto y el resultado del análisis se complementa con las estimaciones resultantes de otros indicadores como las encuestas poblacionales para el enriquecimiento de las conclusiones.
Finalmente, mencionar de nuevo lo que decíamos al principio, en nuestros residuos se refleja la realidad de lo que somos y hacemos. Y en las aguas residuales no iba a ser menos.