Las fosas sépticas han existido durante muchos años ya que servían para almacenar y tratar aguas residuales en comunidades de vecinos, edificios o viviendas que se encontraban apartadas de las zonas urbanas. Por este motivo no tenían acceso al sistema de alcantarillado habitual. Actualmente, gracias al avance de las redes de saneamiento y los colectores, ya no es necesario depender de las fosas sépticas por eso se recomienda que sean anuladas y selladas.
En estas fosas sépticas se separa la materia sólida de las aguas residuales de las grasas y espumas. Una parte va a parar al fondo del contenedor en forma de lodo mientras que la otra flota en la superficie. En este punto entran en juego las bacterias que se encargan de descomponer la materia orgánica, así se consigue que se solubilicen en agua para que posteriormente se filtre y se trate. Como toda la materia orgánica en estado sólido se puede descomponer, es importante que las fosas se limpien periódicamente, normalmente cada año.
Para anular la fosa séptica es importante seguir un procedimiento concreto.
- Canalizar todos los tubos de la fosa séptica hacia uno que vaya a la salida general
- Al tubo se le pone un sifón para evitar entrada de malos olores
- Se procede a anular la fosa séptica
Es importante que todo este proceso lo realice una empresa profesional para evitar problemas futuros de malos olores, obstrucciones, entrada de roedores, fugas, etc.